Entre sueños y deseos entre tanta locura!! Quiero que te adueñes de mí, de mi esencia, Que me poseas, que me hagas tuya... Y, ahí, justo ahí, te detengas, me guardes en la memoria...Y me lleves contigo" BRISA.



domingo, 28 de noviembre de 2010

SEDUCCIÓN

Roza brevemente...

Desliza sus dedos con absoluta suavidad, su tacto
se queda, se incrusta en cada poro
Late dentro...

Decifra perfectamnte, las miradas, los secretos,
las palabras que se dicen en silencio...

Mezcla de ansía, pasión,
de misterio.

Entra por mi piel, por mis poros,
se queda habitar en mi cuerpo
y me hace perder la razón.

viernes, 26 de noviembre de 2010

ACARICIAME

Acariciame;
despacio lentamente y sin temor,
acariciame
y siénteme dentro de tu corazón,
que el amor es algo más que una mirada
que no basta con decir unas palabras,
y que un beso es nada más que una emoción.

Acariciame
yo quiero que te sientas hoy de mí,
acariciame
y goza como yo de este placer
y que importa que no sepa ni tu nombre
pues mañana puede ser quizá otro hombre
el que este en mi lecho haciéndome el amor.

Acariciame
y siénteme tan dentro de tu piel
envuelveme en tu cuerpo por favor
olvidate del tiempo y del ayer.

Acariciame
y dejame escuchar tu corazón
que late a prisa igual que mi pasión
que vibra como yo con este amor
Con este amor.

Acariciame
y besame como te beso yo,
acariciame

y entregate como me entrego yo
y que importa que no sepa ni tu nombre
pues mañana puede ser quizá otro hombre
el que este en mi lecho haciéndome el amor ...

Lupita D´alessio.

sábado, 20 de noviembre de 2010

EN SILENCIO...

Aveces...
 En el silencio de la noche la nostalgia me invade,
Y me refugio en mis pensamientos,
en el placer inconfesable del deseo reprimido...
Disfruto imaginar tu mirada lasciva seduciendo
mi mente, inquietando mis sentidos,
agitando mi pecho...
Dentro,  impregna con cautela el calor mi desnudez
produciendo extrañas emociones, que  me llevan a absorver con ansia lo que casi apenas si me pertenece.
Necesidad hirviente que por mi cuerpo se esparce, 
de sentir tu tacto, tus caricias...
Mientras tanto... 
Avanza la noche... termina.
Y con ella, se ahogan en  silencio  mis fantasías.
Y yo, me quedo abrazada...
Abrazada a mi propia mentira.

martes, 16 de noviembre de 2010

COMPLICES DE PASIÓN

De pronto, no sé como, pero, ahí nos encontrábamos, en una de las habitaciones de aquel hotel.
Me dijo que tomaría una ducha.
Leía su mente, sabía lo que deseaba con solo mirarme, porque... yo también lo deseaba...
Sin embargo, a pesar de mis anhelos me sentí extraviada ante esa sensación de estar haciendo algo prohibido, conforme pasaban los minutos mi nerviosismo aumentaba.
Trate de controlarme, pero no podía evitarlo, no sabía que hacer. 
Salio de ducharse y cuando ya estaba vestido, en un intento por calmar mi nerviosismo, le pedí que nos fuéramos.
Entonces, se acerco a mí, me tomo de la cintura, y me pregunto que porque había cambiado de decisión, me miró de  menera seductora, despertando mis emociones, mis sentidos, lo cual me  hizo desistir de aquella absurda  desición, pues obviamente no era lo que yo quería.
-Es correcto que estemos aquí?  Le pregunte.
-Es correcto si realmente lo quieres.  Respondió.
Y sin más preámbulos me beso, en segundos todo mi cuerpo se estremeció experimentando en mi interior un calor que crecía y se expandía poco a poco.
Su lengua se deslizaba pausadamente mezclandose con  la mía.
La atracción, la pasión, el romance se impregnaban
hacían el deseo incontenible, los latidos se aceleraban y nuestra respiración se hacia corta y profunda.
Me abrazo, lento y sutil me desvistió ...
Me observo unos instantes, poco a poco descubría cada rincón de mi piel, se deleitaba 
Mientras Suavemente me  susurraba  
-Me encantas, te ves hermosa...
Sus palabras me alagaban, me hacían sentir deseada. 

 Pude notar como le excitaba  observarme, contemplar mi imagen, lo disfrutaba, y  yo también lo disfrutaba.
De pronto se acerco, nos abrazamos con urgencia, nuestras manos recorrían nuestros cuerpos deleitándolos, memorizandolos...
Mis brazos aprisionaban su espalda, beso mi cuello, tomo mis senos llevándolos a su boca, los besaba y los succionaba deliciosamente como queriendo beber de ellos todo mi placer.
Se desvistió completamente, me tomo en sus brazos y me tendió sobre la cama, separó ligeramente mis piernas y me penetro, clavando su miembro erecto en mi interior.
En ese momento sentí una explosión desbordante que me recorrió y me llevaba al éxtasis, a los gemidos y a pedirle más... quería saciarme de él.
Me embestía con fuerza manteniendo un ritmo constante, elevando mi exciación, respire su aliento, mientras penetraba en mi cuerpo, estaba completamente mojado, el sudor de su lujuria escurría hacía mi cuerpo, y yo complacida lo esperaba.
Pronto, él también se vio envuelto en un mundo de sensaciones placenteras, desbordando en mí toda su energía, entregándose a sus emociones, a  sus fantasías gimiendo y gritando su placer...
Terminamos exhaustos bañados en sudor, en ese momento me abrazo con ternura yo me refugiaba en sus brazos.
Así nos quedamos por unos momentos.
Mas tarde, me levante de la cama para vestirme, me mire al espejo, el  me abrazo por la espalda, contemplando nuestra satisfacción.
Se hizo un silencio espeso...
No era necesario decir nada...
Era un pacto en silencio, una complicidad perfecta.
Una promesa de que esto algún día lo teniamos que repetir.


martes, 9 de noviembre de 2010

UN EXTRAÑO PLACER

... Tome asiento en uno de los sillones de su sala, trate de mostrarme tranquila, incluso algo indiferente, le pregunte no se que cosa, abordaba trivialidades, para ocultar mi nerviosismo.
Mientras él hablaba, mi deseo crecía...
por un momento no lo escuche, me dedique a observar
su boca que me encantaba, sus manos, sus brazos, esos brazos fuertes  que, antes habían sido protagonistas en mis fantasías...
Debió darse cuenta de mis deseos, por supuesto que los adivino!!
Justo en ese momento en medio del deseo desmedido, de manera lasciva rozo mis labios con sus dedos, por un momento creí enloquecer...
Se levanto del sillón, puso música.
Me tomo de la mano y me invito a bailar
Me acerco a él, yo descanse mi cabeza en su pecho rodeando su cuello con mis brazos, después de unos momentos quizá por  la cercanía comencé a  sentir su miembro crecido rozarme por encima de mi ropa, mis latidos se aceleraban cada vez más, sin duda él me hacía estremecer.
Se acerco aún mas, me abrazo con fuerza  haciendome sentir su poder, me tomo de la cintura con ambas manos y sorpresiva y bruscamente me aprisiono contra la puerta, lo que obviamente me desconcertó... 
Ahora no era yo, si no él, el que controlaba la situación,  y  yo la que trataba de contener mis deseos ardientes, la que  me quemaba por dentro, la que moría por sentir su tacto recorriendo mi cuerpo...
Después de unos instantes, deje de torturarme, la calma volvió a mi mente.
Quizá seria mejor no decir nada, no precipitar las cosas. Pensé.
Me volvió a mirar con deseo, con malicia.
Y, en mi mundo de imaginación me acariciaba, me abrazaba, rozaba mi cuerpo, me fundía con besos...
Él me noto envuelta en aquel trance. 
Dudo unos instantes, respiro profundamente tratando de disimular su creciente excitación.
Entonces, me acerque y le susurre al oído 
-Sabes que lo que me enloquece de ti
De pronto su voz se transformo, ya no era la de aquel hombre amable, caballeroso, si no la de un jefe, un amo, investido de total autoridad.
Y me ordeno callar.
Yo estaba confundida, no sabia que hacer, su rudeza y autoridad me hacían sentir una sensación de temor y placer a la vez.
En ese momento comprendí que eso era  lo que realmente me excitaba, su poder, su dominio...
Y eso precisamente, era la fuente de todo ese deseo acumulado, y lo que realmente cambiaba mi entorno y me atrapaba mucho más...
Así que decidí jugar su juego.
A él le gustaba esa sensación de sentirse poderoso, dominante...
Se acerco a mi oído y me ordenó con malicia quitarme la ropa.
Yo sumisa lo obedecí.
De pronto comenzó a rozar mi pierna con deleite, devolviendome a mi fantasía...
Poco a poco me exploraba y subía mas allá de mis muslos, me toco con suavidad, yo abrí lentamente las piernas
Él podía sentir mi humedad, sus manos y sus labios se desviaban hacía mis muslos insinuando caricias  apenas, rozandolos, torturandome pues sabía que con eso lo desearía aún más...
Cerré los ojos esperando sentir su boca explorar mi sexo, pero  él tardaba una eternidad, yo, ya no podía más, ardía por dentro.
Su piel, su cuerpo, su mirada, su aroma me atrapaban, me moria de las ganas de ser invadida por aquel hombre...
Evidentemente era lo que él pretendía, que yo lo deseara hasta la lujuria.
Me beso bruscamente, incluso con violencia y entre dientes me decía
-Te gusta? -Sí!. Respondí
-Púes ahora suplícame, pídemelo.
Él quería verme así, sumisa, arrodillada, pidiendole  que me llevara al éxtasis.
Debo confesar que a pesar de aquella manera de ser tratada, no pude reprimir las ganas de abrazarlo, de suplicarle arrodillada.
Él tajante se aparto de mis brazos. 
-Levantate. Me ordeno
-No te muevas. Obedecí.
Comenzó a recorrer mi cuerpo con la boca, y de manera furtiva inundó deliciosamente mi vagina con su lengua y con sus manos frotaba mis nalgas, no podía más, pronto me vi suplicándole que me penetrará.
Estaba tan excitado, sintió un calor fugaz que le recorrió el cuerpo. 
Y, cuando estuve a punto de gritar por aquel placer, súbitamente, se detuvo...
Me vendo los ojos y me coloco unas esposas, poniéndome completamente a su merced. 
Aquella acción me hizo sentir temor, pero mi excitación hacía que mantuviera la calma.
De pronto, me tomo violentamente y poniéndome de espaldas dio una fuerte palmada a mis nalgas, así siguió por unos segundos,  el dolor que sentí se convertía en una experiencia excitante, en algo extrañamente exquisito, que no estaba segura de querer que se detuviera,  estaba completamente, mojada, excitada...
-Así, quieres más. Dijo
-Sí no pares. Respondí
-Pídemelo
-Por favor más, házlo ya
Se acerco y comenzó a besar mis senos, los chupaba y mordía ligeramente, el dolor hacía que instintivamente tratara de alejarme, pero mi lujuria me hacía quedarme...
sentir sus manos poderosas someterme me enloquecía, me sentía dominada pero a la vez protejida. 

Él estaba completamente embriagado de placer, en un instante me quito las esposas y la venda de los ojos, se desvistio e instintivamente me beso, abrazándome con delicadeza y ternura, parecía completamente otro hombre, me abrazo desde la espalda aferrándose a mis senos.
En ese instante tuve una enorme necesidad de sentirlo dentro, sometiendome, calmando mi fuego. 
Necesidad que él adivino, me penetro,  embistiendo con fuerza, y con cada embestida llegaba al fondo de mi ser...
Despues de unos momentos, los dos nos encontramos gritando y gimiendo de placer, hasta que juntos alcanzamos el éxtasis.