que más podría pedir?!!...
Modestia aparte, siempre me he caracterizado por ser entusiasta en todo lo que hago, comprometida y responsable en mi trabajo, y creo que eso me ha ayudado ha llegar al lugar en el que hoy me encuentro, ya que el abogado Maximiliano Velazquez uno de los dueños del despacho le ha parecido bueno mi trabajo, al grado de pedirme por medio de su asistente, que me integre a colaborar directamente con él. Claro, que sin ni siquiera pensarlo accedí.
Sin embargo, no lo conocía personalmente, como él era un hombre demasiado ocupado, pocas veces cruzaba palabras con los demás empleados y por supuesto, conmigo menos, pues tenía escasos 6 meses de haberme integrado al despacho. Aunque no le conocía, si le había visto desde lejos un par de veces. cuando llegaba a su oficina, he de confesar, que en aquellas ocasiones de lo único en lo que me pude percatar fue que era un hombre maduro, atractivo y muy interesante...
Pero desde el día en el que entre a su oficina, me dí cuenta de que en esas ocasiones me había quedado corta, porque sí, efectivamente, era un hombre maduro, pero extremadamente atractivo, bien parecido, fuerte, amable, pulcro, interesante, sexy... Uf!! Todo lo que una mujer pudiera desear.
Por un momento, quede paralizada ante la presencia de ese hombre, que de verdad me ponía nerviosa, pero me contuve con toda audacia, y con gran propiedad me presente. -Buenos días licenciado, mi nombre es Fernanda Covarrubias, me pongo a sus órdenes. -Él, inmediatamente se levanto, me tendió la mano, y me invito a sentar. -Es un gusto enorme conocerle Fernanda, ya me habían hablado de usted, y, personalmente conozco su trabajo, que habla de su eficiencia, es por eso, que le he pedido que acepte el colaborar directamente conmigo, la verdad, es que aquí en el bufete, necesitamos mas personas como usted. -Las siguientes horas, me explico la forma de trabajo, me puso al día en los proyectos y de lo que se pretendía abarcar en cuanto al despacho.
Esa tarde pude percatarme, en más de una ocasión que volteaba y me observaba, cuando creía que yo no me daba cuenta, eso me agradaba, y lo hacía más tentador, ni él ni yo, podíamos negar que desde el primer momento que nos vimos sentimos una gran atracción el uno por el otro.
Las primeras semanas todo transcurrio normal, nos hablábamos con propiedad y única y exclusivamente tratábamos asuntos relacionados con el trabajo, sin embargo, los dos notábamos como la atracción y el deseo aumentaba. Para mí la relación laboral ya se había convertido en una angustia, lo soñaba, lo presentía, lo tenía todo el tiempo en la mente, dibagaba con él, un encuentro y pensando en eso me masturbaba. Sé que a él le pasaba algo similar, pues, era más evidente, por su forma de dirigirse a mí, su trato, su mirada, me excitaba, parecía que quería desnudarme con ella...
Llegue a cancelar varias citas con Raúl, mi novio, por asuntos de trabajo, pero no me importaba, en verdad el tiempo en el despacho se me hacía nada!, era lo que realmente me gustaba hacer y ahora con mi nuevo jefe hasta se volvía excitante!!
Después de tiempo fuimos acercándonos, con el pretexto laboral, pero era inevitable no había modo de negar lo que los dos realmente queríamos, no pretextábamos nada, ni su estado civil, ni mi relación con Raúl con tal de estar juntos aunque fuera para trabajar.
Cierto día el licenciado Velazquez, me propuso acompañarlo a un viaje de trabajo, una entrevista con uno clientes importantes para el bufete, argumentó que había estado satisfecho con el desempeño que yo tenía y que le parecía una chica brillante que podía llegar lejos, haciendo propuestas para el bufete y teniendo la experiencia de llevar casos de ese tipo, con clientes tan importantes. Por supuesto que entusiasmada acepte. Por todos lados me convenía, pues eso me daba experiencia, conocimiento y... podría tratar un poco más con mi jefe...
Los dos sabíamos, que era la oportunidad perfecta para dejar desbordar los deseos que nos perturbaban.
Más sin en cambio, justo el día que partiriamos, me dio un poco de miedo, no por lo que significaba la entrevista con aquellos clientes, si no que después de esperar tanto este momento, la incertidumbre, de cuál sería la actitud y el trato de Maximiliano hacía mí, me puso un poco pensativa y nerviosa por supuesto. Estuve en mi casa muy pensativa y tome la decisión de comportarme lo más propia posible, hecho del cuál el trabajo lo exigía, pero de cualquier forma empaque un atuendo bastante sexy, por si alguna ocasión lo ameritaba...
Todo durante el viaje, transcurrió de forma adecuada, el trato de el licenciado hacía mí, fue el normal de un jefe para con su subordinada, y una vez concluido el asunto que nos había llevado a ese destino, estando yo en la habitación del hotel y mientras me disponía a arreglar mi maleta, para el regreso, sorpresivamente sonó el teléfono, acudí a contestar, era el licenciado, quién muy amablemente me invitaba a cenar, invitación que acepte,
Apresuradamente, colgué el teléfono y llena de nerviosismo me dispuse a arreglarme, para encontrarme con él, por supuesto me puse el lindo vestido que había empacado, habíamos quedado de vernos en el restaurante del hotel.
Max ya estaba esperándome, en cuanto me vio, su mirada hizo que mi corazón comenzara a acelerarse pues me hizo sentir hermosa, sexy, pero, un tanto tímida, raro, porque esto, antes no me había pasado, creo que él, se pudo percatar y trato de que yo me relajara, cenamos tranquilos, la charla cada vez se hacía más amena, él supo como quitarme ese nerviosismo, tras algunos anécdotas y chistes me hizo reír, en cuanto se dio cuenta de que mis nervios habían desaparecido. Pregunto -Apeteces tomar algún vino?, así aprovechamos y brindamos por nuestro éxito en los negocios. -Comentó. -Claro que sí. -Le conteste
-Brindamos y bebimos un par de copas más. Pidió la cuenta y salimos del lugar.
Nos dirigimos a nuestras habitaciones, ya estando frente de mi habitación, me despedí, abrí la puerta, Max me tomo por los hombros me miro con una mirada de deseo, mi respiración se agitaba, pude sentir como mi espalda se erizaba cuando él más se acercaba, me beso con ternura, pero confieso que tuve un poco de miedo, porque creí que al ser el jefe me tomaría de manera autoritaria, brusca, arrebatada, pero, me trato con tanta delicadeza, que creo que sí en un principio no hubiera sido así me hubiera negado, me cargo y me puso sobre la cama, ahí la situación se fue encendiendo cada vez más.
El beso que comenzó suave, se convirtió en intenso y lleno de pasión, el deseo me hacía mojarme, metió su mano bajo mi tanga, y pudo sentir que ya estaba bastante lubricada, comenzó a desvestirme, los besos eran para ese entonces llenos de lujuria, beso mi cuello, fue bajando, deteniéndose en la entrepierna besaba y saboreaba mi piel con deleíte, de pronto, pude sentir como su lengua trataba de entrar en mi sexo, Dios, eso fue delicioso!!
Demasiado excitada solo pude empujar su rostro en mi pelvis, para que él me saboreara, su lengua no dejaba de moverse, él sabia justo como hacerlo, succionando exquisitamente, mis senos se tornaban cada vez mas turgentes y mis pezones se hacían duros, urgentes por que los poseyera...
El beso que comenzó suave, se convirtió en intenso y lleno de pasión, el deseo me hacía mojarme, metió su mano bajo mi tanga, y pudo sentir que ya estaba bastante lubricada, comenzó a desvestirme, los besos eran para ese entonces llenos de lujuria, beso mi cuello, fue bajando, deteniéndose en la entrepierna besaba y saboreaba mi piel con deleíte, de pronto, pude sentir como su lengua trataba de entrar en mi sexo, Dios, eso fue delicioso!!
Demasiado excitada solo pude empujar su rostro en mi pelvis, para que él me saboreara, su lengua no dejaba de moverse, él sabia justo como hacerlo, succionando exquisitamente, mis senos se tornaban cada vez mas turgentes y mis pezones se hacían duros, urgentes por que los poseyera...
Todo mi cuerpo ansiaba tenerlo dentro, justo como tantas veces me lo había imaginado...
Comencé a tocarme pues mi cuerpo me lo exígia, y trataba de observar como su boca se apropiaba de mi sexo, bebiendo descontroladamente el tibio líquido, Max dirigió su mirada a la mía, sin dejar de mirarme, siguio regalándome placer, subió de nuevo hasta mi boca y tras besos desenfrenados nos incorporamos, le acaricie y fui bajando hasta quedar arrodillada a sus pies, lo tome de las nalgas y acerque mi rostro a su enorme y poderoso miembro, comencé a lamerlo, chuparlo, a succionarlo, primero delicada y después desenfrenadamente, pude ver como Max, experimentaba una excitación intensa, gemía y se retorcía de placer, yo saboreaba el poco liquído que su pene emanaba.
Me recostó, sobre la cama, mi sexo ardiente suplicaba que lo invadiera, la penetración fue deliciosa, podía sentirme plena con él dentro, me tomo de la cintura y sútil me dio la vuelta para poder penetrarme desde atrás, sus poderosas embestidas me hacían gemir, experimentando extraordinarias sensaciones, ahora mis gemidos se convertían en gritos de placer, el clímax estaba cerca, eso era evidente, por un instante, no daba crédito a tanto placer!! Descubrí que Max, era un experto en esto, sabía justo que hacer y como hacerlo, controlaba muy bien su miembro, postergaba con caricias el clímax...
El momento había llegado, sus movimientos y embestidas se aceleraban y me hacían sentir un placer inmenso, hasta terminar los dos en un gemido intenso, el orgasmo estaba presente, de eso no había duda, pude sentir como derramaba su abundante y tibio líquido en mi interior...
Permanecimos así unos instantes, hasta recuperar de nuevo el aliento.
Me tomo otra vez con aquella delicadeza, y ternura con la que inicio, me beso y nos dormimos abrazados.
Al despertar, creí que ese desenfrenado encuentro, por hoy había termiado, de pronto, Max volvió a poseerme con la misma intensidad de los momentos anteriores, yo me volví a entregar a él sin reserva, y así pasamos esa noche con otros tantos encuentros.
No cabía duda de que Max aparte de ser interesante, poseer una exelente figura atlética y condición fisica, era extremadamente buen amante, de verdad que lo hacía increíble!!
Después de ese viaje, el trabajo en la oficina sigue como de costumbre, le he aprendido mucho a Max, nos tratamos con un más cordialidad, no puedo negar que cuando estamos solos me mima y me complace, y cuando sentimos deseos de estar juntos, solo basta que nuestros cuerpos se busquen para poder entregarnos de nuevo...
Él y yo sabemos que esto algún día terminara, pero, mientras exista deseo, atracción y cariño, así seguiremos, porque simplemente nos mueve el deseo de tenernos.
No importa la hora, ni el lugar, nos regalamos uno a otro placer, sin reserva, sin censura y sobre todo sin compromiso...
4 comentarios:
Impresionante ... sera por que alomejor a mi me pasó lo mismo y me siento super identificada... La historia me trajo muy buenos recuerdos..! gracias y te vuelvo a felicitar!
Sensaciones asi pasan pocas por nuestra vida...saludos, te espero!
Ufff tela marinera!!!! leyendo se siente el deseo...
Un besito
Hay historias que tienen fecha de caducidad y desde el inicio estamos concientes de eso, pero nos provocan tantas emociones y complicidad que lo que importa es disfrutar el tiempo que dure.
Simplemente intenso...
Saludos y besos desde la distancia, bella
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