La urgencia de la pasión me hizo recordarte.
Era una de esas mañanas frías,
de invierno, de vientos helados
en las que el sol calienta deliciosamente
a través de los vidrios de la ventana.
Me quede en ropa interior,
sobre mi sillón favorito,
sobre mi sillón favorito,
me tendí, y cerrando los ojos,
pude sentir como los primeros rayos de sol iluminaban mi rostro
y recorrían mi cuerpo penetrando por completo,
aumentando mi temperatura interior...
Aquel calor interno resultaba suficiente para
aumentar el deseo de ti.

Aquel calor interno resultaba suficiente para
aumentar el deseo de ti.

Entonces, instintivamente comencé
a tocarme, acariciarme...
a tocarme, acariciarme...
Mis dedos comenzaron a vagar por mi piel
en busca de sensaciones cálidas, de anhelos,
de deseos...
Mi mente comenzó a evocarte
en un instante eras tú.
Sí, tú, el que estaba ahí, conmigo...
El que me hacía disfrutar, de placer,
recorriendo mis sentidos.
recorriendo mis sentidos.
El que acariciaba mis senos
de una manera excitante
de una manera excitante
El que lamia mis muslos, paseando
por mi entrepierna
por mi entrepierna
para después posarse en mi sexo...
Podía sentir como mi corazón latía de prisa,
mi respiración se hacía honda y pausada.
Mis dedos eran los tuyos, que extasiados me decifraban.
Mi vulva se hinchaba, mis senos
se mostraban ansiosos, turgentes.
Mis dedos eran los tuyos, que extasiados me decifraban.
Mi vulva se hinchaba, mis senos
se mostraban ansiosos, turgentes.
Comencé a excitarme cada vez más
mi vagina poco a poco se humedecía,
deseaba tener tu cuerpo sobre el mío,
sentirte dentro, que con lujuria
me penetraras...
De pronto,
abrí los ojos,
mi vagina poco a poco se humedecía,
deseaba tener tu cuerpo sobre el mío,
sentirte dentro, que con lujuria
me penetraras...
De pronto,
abrí los ojos,
Tu imagen se esfumaba,
mis brazos vacíos se quedaban sin abrigo.
sintiendo de nuevo el frío congelando mis latidos.
Con lágrimas en los ojos,
comprendí, cuan, despiadado es el sol,
púes su claridad
me mostraba de golpe,
la ausencia y el dolor...